lunes, 28 de noviembre de 2011
SOMOS MUCHO MÁS...
El maestro preguntó a su discípulo:
- Y tú, ¿quién eres?
- Soy Josué, contestó su discípulo con cara de extrañeza
- No te he preguntado por tu nombre, ¿quién eres?- insistió
- Soy yo, el carpintero que lleva a tu lado dos años…
- No te he preguntado por tu profesión, ¿quién eres?
Tal y como se puede entresacar de esta pequeña historia, cuando enfermamos no sólo somos enfermos, somos mucho más. Somos padres, madres, hermanos, tíos, hijos… carpinteros, abogados e incluso médicos… pues todos tenemos la capacidad de enfermar y de sanar.
Cuando hablamos de enfermedad, la asociamos a dolor, a sufrimiento, a incertidumbre, a tratamientos, e incluso a muerte… Pero también habría que tener en cuenta la otra cara de la moneda, el lado del coraje, la valentía para afrontar circunstancias difíciles, el amor y el apoyo de los seres queridos, la gratitud, la esperanza, la generosidad, la capacidad de perdonar, la espiritualidad… e incluso el sentido del humor.
Para mucha gente, enfermedad y humor son incompatibles. ¿Cómo nos vamos a reír si estamos hablando de enfermedad? !Hablemos de salud! Seguro que la vida se nos hará un poquito más fácil...
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