sábado, 19 de noviembre de 2011

ATENCIÓN: CLIENTE SONRIENTE (parte 7)


Una de las cosas que podemos hacer cuando tenemos delante una dura jornada laboral, es prepararnos de antemano para llevarlo lo mejor posible. Y si es con humor, ¡¡mejor que mejor!!

Es una cuestión de ACTITUD que podemos trabajar desde que nos levantamos. Lo primero intentar dormir las 8 horas reglamentarias para estar frescos y lozanos. Y lo segundo levantarnos temprano, con tiempo. Las prisas son malas consejeras. Ducharnos y desayunar con calma, disfrutando de los aromas, de los sabores… Ya de camino al trabajo, por ejemplo en el coche, podemos utilizar nuestro diálogo interno para nuestro propio beneficio. El DI (diálogo interno), es esa vocecilla interior que nos habla constantemente… empecemos diciéndonos cómo va a ser el día, pero en positivo. Si tenemos que ver algún cliente, nos podemos decir cosas como: “voy a escuchar al cliente”, “voy a estar atento a sus necesidades”, “le voy a hablar con calma y naturalidad”, “le voy a enseñar productos nuevos con entusiasmo”…etc. También podemos escuchar música que nos motive o calme, según el estado interno que queramos potenciar. Que queremos relajarnos, podemos escuchar música de relax como puede ser la de Enya o si queremos ponernos en marcha quizá la banda sonora de Rocky… Es algo muy personal. ¡Cuestión de gustos!

CÓMO CREAR SONRISAS EN LOS CLIENTES

Como hemos comentado en post anteriores, compartir risas une a las personas y no solo eso: si asociamos la risa al producto, venta casi asegurada. ¿Cómo lo hacemos? Aquí tenemos algunas pautas que podemos probar. Las hay más o menos atrevidas:

• Personalizar la atención: presentarnos (a los clientes nuevos), llamarles por su nombre, interesarnos por ellos… Es importante conocer al cliente, para ver qué tipo de humor tiene y saber lo que le va a divertir.

• Sonreír: “la sonrisa es la distancia más corta entre dos personas”. Hasta cuando cogemos el teléfono, si sonreímos, el cliente lo notará.

• Cuidar nuestra postura corporal: una postura desgarbada, sin energía… mostrará una actitud derrotista, pasota. Estar erguido, con el cuerpo ligeramente relajado, pisando con seguridad, con los brazos abiertos… Esto es otra cosa, ¿no?.

• Contar chistes: hay gente más habilidosa y personas a las que les cuesta más. El truco está en ensayar e imitar a personas que lo hacen bien. Y ensayar, ensayar, ensayar…

• Contar anécdotas graciosas de nuestra vida, de situaciones con otros clientes, de noticias o chascarrillos del corazón: es más fácil contar anécdotas que chistes. Según un estudio, las que mejor funcionan son las anécdotas personales. Hablar de cosas divertidas, relaja la relación.

• Visita turística por la tienda, oficina, almacén…: es una forma de explicar a los clientes el trabajo que hacemos y se puede hacer de forma divertida.

• Cuentos: utilizar historias que hemos leído o películas que hemos visto en la tele o en el cine. En vez de decir “hoy me siento un poco agobiado…”, “Hoy me siento un poco como Spideman en la escena en que…” Las comparaciones exageradas funcionan muy bien.

• Reírse de uno mismo: reírse de algún defectillo, reduce la barrera que existe entre vendedor y cliente.

• Bromear: por teléfono por ejemplo. Hacer inocentadas. Para ello, hay que conocer muy bien al cliente. Ojo, con las bromas pesadas.
• Regalar algo: Llamamos la atención, damos a conocer un producto y el cliente se siente con una especie de deuda contraída que posiblemente le hará volver.

• Cuidado del entorno: incluir elementos divertidos. Carteles ingeniosos, escaparate…

• Jugar: si nuestro clientes son niños, podemos jugar con ellos e ir incluyendo en el juego a los adultos. Los clientes adultos se pueden quedar descolocados, pero de eso se trata, de sorprender.

• Cantar: de toda la vida se ha utilizado como método de distracción… ¿Qué sensación os produce si entráis en una tienda y el dependiente/a está cantando?

• Disfrazarse: es una forma de sorprender a los clientes y de llamar la atención sobre todo si no es carnaval… En Womn Secret, si compras un pijama y sales con él puesto, te hacen un 70% de descuento.

• Leer noticias locales de poca importancia con gran dramatismo y exagerando: ¿qué es la comedia sino un drama exagerado a la máxima potencia?

• Sacarnos fotos con los clientes: Después podemos decorar el escaparate o ponerlos en un corcho. En una frutería, se hizo la campaña “Diga patata”, donde los clientes se sacaban fotos poniendo caras con las frutas y verduras que compraban. La foto más original, se llevó un premio.

• Para los momentos de estrés: juguetes antiestrés. Ej. Pelota o un muñeco blandito… Así, no lo pagamos con el cliente.

• Para las prisas: Esos momentos en los que vamos a toda prisa. Decir frases positivas como “!qué alguien pare el mundo que yo me bajo!”… Un ejercicio sencillo y muy divertido consiste en seguir trabajando a cámara lenta unos minutos para luego coger un ritmo intermedio.

¿Te atreves a probar algo así en tu puesto de trabajo?

Nosotros recomendamos estudiar bien la situación y empezar a probar poco a poco. Un cambio brusco y repentino podría ser perjudicial. Si necesitas asesoramiento, PSIKO-BAIKOR está preparado para casi todo.


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