¿Alguna vez has recibido una mala noticia sobre tu
salud o sobre la de algún familiar? ¿Cómo te sentiste al recibirla? ¿Te la
esperabas? ¿Cómo te hubiese gustado recibirla?
Las personas
enfermas tienen el derecho de saber lo que tienen, no todos necesitan saberlo
todo y otros no se interesan en absoluto.
Para ello, antes de soltar "la bomba", debemos
de averiguar hasta dónde son sus conocimientos sobre su enfermedad y/o
diagnóstico así como su estado emocional. Preguntas que nos pueden ayudar a
averiguarlo son, por ejemplo:
- - ¿Qué cree que le está pasando?
- - ¿A qué atribuye estas molestias?
- - ¿Qué es lo que más le preocupa?
- - ¿Con qué tipo de apoyos cuenta?
- - Etc…
Conocer la verdad, ¿qué implica? Como profesionales o
familiares afectados, ¿tenemos que decir toda la verdad?
El objetivo de dar la información, además de hacer
consciente a la persona de su enfermedad, le permite poder tomar decisiones
sobre su proceso, participar en sus cuidados, compartir preocupaciones...
manteniendo así su autonomía.
DATOS CURIOSOS
El 40-70% de las
personas enfermas demandan información sobre su enfermedad. De éstos, el 51% opina que se debe de dar la
información de forma clara y precisa.
El 52-85% de los
médicos informan dependiendo de varios factores (opinión de la familia, nivel
cultural, capacidad de las personas enfermas para superar las situaciones
difíciles…)
En cuanto a la
postura de las familias, el 61-73% no quieren que se informe la persona enferma,
la mayoría porque creen que conocer el diagnóstico les va a provocar una
depresión.
Y si se decide
ocultar la información, ¿Creéis que las personas enfermas se dan cuenta de que
les están ocultando información? La
comunicación no verbal (gestos, miradas...) de los familiares que "disimulan"
su estado emocional unido al progreso de la enfermedad (nuevos síntomas que van
apareciendo), hacen que muchos de las personas se den cuenta de que las cosas
no pintan bien.
LA VERDAD
SOPORTABLE
Es aquella
información cierta que puede asumir y aceptar el paciente.
Conocer la verdad,
permite:
- - Tomar las medidas oportunas para su cuidado
- - Despejar dudas y angustias ante lo desconocido
- - Aumentar la confianza del enfermo tanto en el equipo como en la familia
- - Tratar de arreglar asuntos pendientes
- - Dar valor a lo que realmente es importante
- - Disfrutar más plenamente de sus últimos momentos
- - Reconciliarse y despedirse adecuadamente
- - Evitar tratamientos inútiles
COMUNICACIÓN DE
NOTICIAS DELICADAS
3 conceptos a tener
en cuenta:
1.- El paciente
acepta la información negativa respecto a su salud, mejor de lo que nos
pensamos.
2.- La propia
enfermedad se encarga de mostrarles la gravedad.
3.- A menudo es muy
diferente lo que el médico piensa sobre lo que quiere el paciente y/o familia y
lo que éstos realmente quieren.
PROCOLOCO EPICEE
Existen varios protocolos de comunicación de malas
noticias, entre ellos el desarrollado por Buckman en 1992, que aún sigue
vigente. Consta de 7 etapas que comienzan por las iniciales EPICEE:
E: Entorno/ambiente
Deberá buscarse un
contexto adecuado (lugar, día, hora, momento, apoyos presentes...) Dar la
información en los pasillos del hospital no es lo más adecuado.
P: Percepción del paciente sobre la enfermedad
Averiguar qué es lo
que conocen sobre su enfermedad, si tienen ideas equivocadas al respecto, su
estado emocional...
I: Invitación/petición de información
Conocer hasta dónde
quieren saber y ajustar la transmisión de la información al ritmo que
necesiten.
C: Conocimiento o explicación de hechos médicos
Comunicar e
informar sobre la información que necesiten para tomar decisiones.
E: Exploración de las emociones y empatía. Deberá
realizar a lo largo de todo el proceso.
E: Estrategias y resumen
Tras la comunicación de la mala noticia y para reducir la
ansiedad que ésta genera, el profesional debe de resumir la información dada,
comprobar que ésta se ha entendido y perfilar el sistema de tratamiento y
seguimiento.