La psicóloga y enfermera Nagore Vázquez
pronunció la charla 'Con humor me cuido mejor' en los locales de la Asociación
Argoiak
12.01.14 - 00:06 -
Imaginemos esta situación, que con ligeras variaciones nos puede haber
pasado a cualquiera: una va tan tranquila por el paseo Colón, quizá demasiado
ensimismada mirando escaparates o repasando los quehaceres cotidianos, y no ve
venir esa farola tan traicionera. Y se estampa contra ella de pleno ante la
estupefacta mirada del resto de viandantes. Las opciones son dos: morirse de la
vergüenza y salir pitando, lamentando silenciosamente el dolor y la dignidad
perdida; o reírse de ello, que siempre que no haya habido algún hueso roto,
seguro que gracia ha tenido.
Nuestra salud agradecerá que optemos por lo segundo, aunque nos duelan el
coscorrón y el orgullo. Es lo que aprendieron los asistentes al acto que tuvo
lugar este miércoles en la Asociación Argoiak. La psicóloga y enfermera Nagore
Vázquez pronunció la charla 'Con humor me cuido mejor', durante la que no faltaron
las risas, como no podía ser de otro modo; ni un largo aplauso al concluir la
misma.
«¿Qué es el sentido del humor?», preguntó Nagore Vázquez al inicio de la
sesión. Se considera a quien posee esta cualidad como «quien tiene ciertas
estrategias y habilidades para percibir el lado divertido y cómico de las
situaciones, que ríe frecuentemente, que utiliza el humor para hacer frente a
las adversidades de la vida cotidiana». Incluso, puede servir para hacer frente
a grandes dramas que no tienen ni pizca de gracia. La psicóloga proyectó una
frase durante la charla: «El humor es otra de las armas con las que el alma
lucha por la su superviviencia». Lo dijo Viktor Frankl, psiquiatra austríaco y
superviviente de los campos de concentración de Auschwitz y Dachau, y que
perdió a toda su familia durante el holocausto. Nagore Vázquez explicó en
Argoiak que, en base a su experiencia profesional, «los que menos tienen son
los más utilizan el sentido del humor, no les queda otra».
Está claro que, no obstante, el sentido del humor hay que utilizarlo «con
sentido común, sabiendo cuál es el momento adecuado». Y también teniendo en
cuenta que nuestro estilo humorístico puede no ser del agrado de todos. «Yo,
por ejemplo, soy muy de humor negro, pero tengo que tener cuidado a la hora de
utilizarlo. Eso es parte de mi aprendizaje», explicó la psicóloga.
«Todos lo tenemos»
Sin embargo, Nagore Vázquez subrayó que el sentido del humor «lo tenemos
todos. Es como la filosofía de vida, que cada uno tiene la suya. Os invito a
que identifiquéis el vuestro, preguntandoos qué os hace gracia, qué tipo de
chistes o películas cómicas os gustan...».
La psicóloga repasó también los efectos que tiene el sentido del humor en
nuestra salud. «A mi me gusta llamarlo la 'vitamina H': no es que te cure, pero
te ayuda mucho». Vázquez explicó también los resultados de un estudio en el que
se proyectaron dos audiovisuales a dos grupos de personas: unos vieron un
documental; otros, una película de risa. Tras las proyecciones se les tomó una
muestra de saliva y, al analizarlas, descubrieron que quienes habían visto el
film cómico tenían las defensas a niveles más altos. «El humor es una gran arma
frente al estrés». Y no sólo eso: «nos hace ser más creativos, más flexibles al
cambio. Aumenta nuestra autoestima. Potencia la inteligencia emocional...». Los
beneficios no son sólo para uno mismo, sino también en lo que se refiere a sus
relaciones: «el humor atenúa enfados, genera confianza, disminuye
tensiones...».
Cómo recuperarlo
Si bien el sentido del humor es una cualidad innata, distintos factores
pueden provocar que lo perdamos o que olvidemos cómo reír con naturalidad. «La
sociedad, la educación, el ser tímidos y creer que eso es un obstáculo frente
al humor, el querer controlar las emociones...». Pero es posible recuperarlo,
empezando con «un proceso de autonocimiento. Tenemos que preguntarnos si
utilizamos el hurmor para relacionarnos, si somos capaces de reírnos de
nosotros mismos...». Esto último no siempre es fácil, pero conseguirlo otorga
una seguridad en uno mismo que no tiene precio.
Nagore Vázquez ilustró la afirmación con otro ejemplo típico: «ese día que
tienes una boda, vas a arreglarte y... Ahí está, justo al lado de tu boca, el
grano más grande y enrojecido del mundo. Intentas ocultarlo con maquillaje,
pintarte los labios para ver si consigues disimularlo, te tapas con la
mano...». El resultado es que no sólo los demás se darán cuenta de que el grano
está ahí, también verán nuestra inseguridad al respecto. No obstante, si
reaccionamos riéndonos del problema, es muy probable que consigamos que al
final también los demás rían con nosotros: «ya ves, en un día como hoy y me
despierto con esto... ¡Bueno, pues al final he venido con acompañante!».
Nagore Vázquez concluyó su charla ofreciendo algunas pautas para mantener
el buen humor: «Hacer cosas que nos gusten disfrutándolas, con calma. Recordar
situaciones divertidas. Rodearse de amistades alegres y de gente positiva. Y
sonreír más a menudo». Porque ya se sabe, sonriente uno está más guapo, y
también más sano.
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