jueves, 28 de abril de 2011

ALICIA EN EL PAIS DE LAS MARAVILLAS (Lewis Carroll)


-¿Me podrías indicar por favor, hacia dónde tengo que ir desde aquí?- dijo Alicia al Gato.
-Eso depende de a dónde quieres llegar- contestó el Gato.
-A mí no me importa demasiado a dónde…- empezó a explicar Alicia.
-En ese caso, da igual hacia dónde vayas- interrumpió el Gato
-… siempre que llegue a alguna parte- terminó Alicia a modo de explicación.
-¡Oh! Siempre llegarás a alguna parte- dijo el Gato-, si caminas lo bastante.


Con este pequeño fragmento empezamos nuestro viaje. Pero los viajes siempre tienen una meta, un objetivo. Si como Alicia, no sabes exactamente a dónde quiere ir, no merece la pena emprender el camino. Es como si pidieras un billete de tren a cualquier parte.

¿Cuántas veces en nuestra vida nos vemos atrapados en lo que no queremos gastando energía física y emocional? Si realmente queremos dar un paso hacia delante y alcanzar nuestras metas o sueños, debemos saber lo que queremos.

Cuando Bandler y Grinder estudiaron a los terapeutas que lograban alcanzar resultados impensables por sus colegas, descubrieron que estas personas, aún practicando metodologías diferentes, compartían una misma estrategia. Su “fórmula del éxito” constaba de 3 grandes fases:

 Fase 1: establecer objetivos claros y bien definidos
 Fase 2: prever un detallado procedimiento de comprobación
 Fase 3: mantener un comportamiento muy flexible

Además están "las reglas de una buena formación de objetivos". Un objetivo debe ser:

• Formulado en términos positivos
• Definido con precisión en términos multi-sensoriales (visual, auditivo...)
• Verificado mediante un procedimiento preciso a corto y largo plazo
• Iniciado y mantenido bajo control por la persona que quiere alcanzarlo
• Coincide con las creencias y valores más importantes del individuo

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